Conócete a ti mismo es propuesto como un Ejercicio espiritual en el que se busca la unión de nuestros contrarios. Es un que hacer que nos demanda de la atención y el espacio necesario para seguir las trazas del hilo de Ariadna que nos acercan al Sí Mismo. La personalización del proceso hace acontecer el encuentro. Un proceso que una vez iniciado no encuentra fin. Es vivir en el entusiasmo de aquello que a Uno le toca vivir ...


Conócete a ti mismo

Lugar: Espacios abiertos o cerrados en los que se pueda mantener una cierta intimidad.

A quién va dirigido: Personas, parejas y grupos.

Tipo de actividad: Dejarse llevar por la imaginación que sugieren los símbolos para llevar la atención a recuerdos y/o estados energéticos, a través de la meditación y/o la arteterápia, que conducen al encuentro de nuestros pares de opuestos y la comprensión del tipo psicológico.


Conócete a ti mismo es propuesto como un Ejercicio espiritual en el que se busca la unión de nuestros contrarios. Es un que hacer que nos demanda de la atención y el espacio necesario para seguir las trazas del hilo de Ariadna que nos acercan al Sí Mismo. La personalización del proceso hace acontecer el encuentro. Un proceso que una vez iniciado no encuentra fin. Es vivir en el entusiasmo de aquello que a Uno le toca vivir.
Es un ejercicio de búsqueda de Conocimiento. Lo que conoce Uno de Sí Mismo queda limitado a la esfera del rumor. Se precisan de ramas del saber como la Filosofía, la Psicología Analítica y la Antropología para realizar las preguntas pertinentes que traigan a la luz el simulacro de nuestro acontecer, tan gustoso de esconderse. Qué sé, Qué puedo y Quién soy marcan la búsqueda que se cierne a los orígenes de nuestra tradición.
La mirada que nos ofrece la Filosofia parte del Renacimiento italiano del siglo XV. Momento de la aparición de los tarots. Liber mutis en forma de jeroglíficos bajo la estética que ofrecía el arte del vitral Gótico. El paradigma viene definido por el encuentro dinámico que se produce entre las familias mecenas, el artista renacentista y la nueva Academia platónica florentina. Su origen lo podemos rastrear en la Grecia Antigua y Egipto.
Del aforismo griego «Conócete a ti mismo», gravado en piedra en el vestíbulo del Templo de Apolo en Delfos, hablaron Heráclito, Sócrates, Platón. Enseñanzas que provienen de los dioses Thot (Egipto), Hermes, (Grecia) y Mercurio (Roma). Continuadores de este pensar fueron los Estoicos, los Epicúreos y los NeoPlatónicos, que lo transformaron en una forma de Vida. En el renacimiento reaparece en forma simbólica.
Durante el Renacimiento, el Arte de la Memoria alcanzó un gran esplendor convirtiéndose entonces en un arte hermético o mágico utilizado por los grandes sabios y artistas renacentistas. Su técnica consistía en imprimir en la memoria una serie de loci o lugares imaginarios en los que se deposita­ban las ideas a recordar, representadas por imágenes mitológicas o emblemáticas; inspiradoras de las ideas que quería expresar.
Con la Psicología Analítica se renueva la atención por recordar, soñar y escuchar. La idea de Mandala o Totalidad obtiene su resultado a través del Sistema filosófico de ideas y su manifestación en el Tipo Psicológico. El trabajo con la Imaginación Activa potenciada por la presencia del Símbolo nos lleva a ver por momentos la sincronicidad delatada por la aparición de acontecimientos que denotan en nosotros su inusitada fuerza emocional.
La mirada de la Antropología se centra en la comprensión de la estructura. El armazón construido es un faro al cual poder medir nuestra cercanía y/o lejanía de él. Las asociaciones de ideas ateniendo a su composición dialéctica nos revela lo mismo y lo distinto. Una revisión diacrónica y sincrónica de las enervaciones compone nuestro Tao y/o nuestros complejos; culmina en el diálogo de nuestra Poĺifonía de voces.
Se trata de reflejar nuestro Mapa del Alma bajo la forma de un Mito que nos reconozca. Los siguientes autores se quieren precursores de este Proceso de Individuación. Esquilo, Sófocles y Eurípides (Tragedias), Platón (Diálogos), Bruno (El Arte de la Memoria), Calderón de la Barca (Auto Sacramental), Dante (Divina comedia), Nietzsche (Así habló Zaratustra), Jung (El libro rojo), Blanchot (Diario). Un viaje al encuentro del Sí Mismo.

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